Lugar: Fundación Cajasol, Sevilla
Organiza: Fundación Cajasol
Del 24 octubre al 30 noviembre 2023
Comisario: Sema D’Acosta
El proyecto que Ricardo Suárez (Sevilla, 1969) presenta en la Fundación Cajasol plantea una reflexión abierta sobre la ciudad de Sevilla y sus significados a partir de la particular percepción del artista, que zarandea los estereotipos y revisa su idiosincrasia desde una posición tan mordaz como pertinente. La muestra reúne trabajos inéditos de los últimos dos años, un periodo de profunda introspección donde el cuidado de su padre y su posterior fallecimiento marcan en su vida un tiempo de pausa, duelo y restauración. Esta distancia con la realidad le ha permitido observar su entorno de un modo pausado, mirar desde fuera qué ocurre en la calle y los hábitos de la gente, un contexto cada vez más falto de arraigo donde se obvian los cimientos y se olvida el porqué de nuestra identidad. El resultado es que se está defendiendo una visión simplista de consumo fácil, enfocada sobre todo al turismo y los visitantes externos, que además de ir contra los hábitos de la gente que todavía perviven en el casco histórico se mueve con torpeza en la superficie para quedarse sólo en la apariencia.
En esta propuesta el visitante descubrirá un Ricardo Suárez diferente que sin abandonar su estilo y la poética de su lenguaje, trasciende la representación del paisaje y su anteriores series vinculadas al río Guadalquivir. Su posición sigue siendo la misma y esta obra reciente complementa a la precedente. Si antes su análisis de la realidad era directo y formaba parte de una tradición plenairista que podría partir de Joaquín Sáenz y Carmen Laffón, ahora su mirada se adentra en aquello que no vemos. Ha ganado en capacidad de síntesis y posicionamiento crítico. Autor de fuertes convicciones y una sólida fe, la idea de la exposición es revisar el imaginario sevillano mezclando sus tradiciones de pasado y presente, una metrópoli interminable donde coexisten múltiples caras, desde las más conservadoras hasta las más vanguardistas, desde las que se mantienen durante siglos hasta las que aparecen nuevas ligadas a la tecnología. Un lugar emblemático que ha sido capital del mundo y, paradójicamente, en la última década ha ido perdiendo personalidad para desdibujar una ciudad evanescente que se proyecta al futuro sin saber bien a qué debe aferrarse.
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