Lugar: Sala Verónicas, Murcia
Organiza: Instituto de las Industrias Culturales y de las Artes (ICA) – Región de Murcia
Del 12 de mayo al 23 de julio 2023
Comisario: Sema D’Acosta
El proyecto que Nicolás de Maya (Cehegín, 1968) presenta en la Sala Verónicas reúne una selección de obras inéditas que nos permiten reflexionar de manera introspectiva sobre la identidad murciana, entrecruzando tres vectores principales que nos remiten a la relación del hombre con el territorio, las tradiciones y la fe. Sin renunciar a su personalidad como pintor, para esta propuesta site-specific el artista ha preparado además algunos cuadros de gran formato, varias sorprendentes instalaciones que amplifican su trabajo hasta un límite nuevo, en este caso el de un autor capaz de entender el espacio para generar una experiencia estética global. La exposición funciona por fuerzas opuestas y complementarias, pero interconectadas, que se encuentran tanto en la Naturaleza como en la condición humana. La dicotomía cielo-tierra podría ser el marco general que articula la muestra, determinando un concepto general que va de lo espiritual hasta lo antropológico. Uno de los temas centrales de la trayectoria del artista es lo cotidiano, el modo en que captura lo cercano y elude lo excepcional. Esas cuestiones aparentemente anodinas del día a día que pasan normalmente desapercibidas, vistas con la perspectiva de los años logran construir un retrato bastante aproximado de la idiosincrasia de cualquier sociedad.
Uno de los cuestionamientos más interesantes de la pintura abstracta es la búsqueda de su frontera lingüística, investigación que, a fuerza de indagar en un elemento fundamental de su constitución como el color, desemboca en la luz como límite ontológico. Para un pintor como De Maya que toma como punto de partida la realidad que vemos, la representación de los matices de un cielo cambiante supone un ejercicio de superación de la figuración, explorar una dimensión desconocida. Este componente visible de nuestra existencia vinculado a lo celestial conforma un concepto pictórico tan difícil de asir como complejo de describir, pues su significado atañe a los principios que estructuran la mirada y el modo en el que percibimos el entorno que observamos. Además de esta línea de trabajo en torno a los cielos murcianos, se adentra también en otras cuestiones profundas vinculadas a la cosmovisión de la Región como pueden ser el conjunto de la Santa Cena de Salzillo, el cordero segureño, el vino autóctono, los atardeceres de La Manga o el característico color rojizo de la comarca del Noroeste, entre otros asuntos de carácter vernáculo, un políptico de lectura abierta para que el visitante saque sus propias conclusiones.
Conticinio es una palabra poco común que sirve para designar ese momento intermedio de la noche en que todo está en silencio, un trance en el que las ideas se asientan y el mundo se detiene para descansar. Este periodo intenso de expectativa ante lo que está por venir, equidistante del crepúsculo y el amanecer, es un intervalo de especial recogimiento donde no existe ruido que perturbe la paz. Sin distracciones, sumido en un instante de vacío donde el tiempo queda suspendido, ese sosiego exterior potencia la emoción interior, un estado contemplativo al que pretenden llevarnos las obras de Nicolás de Maya, que buscan implicar al espectador para que se detenga en soledad a pensar sobre lo que somos y el lugar que habitamos.
info