Miguel Ángel Tornero (Magdalena penitente, 2004)
Lugar: Sala Siglo XXI – Museo de Huelva
Organiza: Área de Cultura – Diputación de Huelva
Del 11 de noviembre al 6 de diciembre de 2015
Comisario: Sema D’Acosta
Es una afirmación fácilmente constatable, sostener que la trayectoria de Miguel Ángel Tornero (Baeza, Jaén, 1978) es de las más firmes y de mayor proyección de la fotografía española de los últimos años, destacando como uno de los valores de mayor futuro de nuestro panorama. Sin duda, es de los pocos artistas andaluces con verdadera trascendencia internacional. Sirvan de muestra algunos ejemplos. En el manual de referencia Photography Is Magic (2015) publicado por la editorial Aperture de Nueva York y escrito por la crítica y comisaria Charlotte Cotton, una de las especialistas más reconocidas del mundo, Tornero es el único español incluido. Igualmente, ha sido seleccionado por Joan Fontcuberta para un número especial de la prestigiosa revista italiana Mould (primavera, 2015) dedicado a las derivas de la imagen en el siglo XXI. Hace unos meses, también The British Journal of Photography, una de las publicaciones más respetadas y de mayor tradición en Europa, mostraba igualmente un amplio reportaje sobre una de sus series, además de recomendarlo como uno de los 25 jóvenes autores a tener en cuenta en los próximos años. No sólo fuera de nuestras fronteras es apreciado su trabajo, también es importante mencionar que su último libro, The Random Series, fue galardonado en 2014 con el premio a la mejor publicación artística del año, el máximo reconocimiento que concede el Ministerio de Cultura en este apartado. Este mismo ejemplar también obtuvo una mención especial en la pasada edición de Les Rencontres d’Arles. Asimismo, en las colectivas más representativas de los últimos tiempos sobre el estado actual de la fotografía en nuestro país, Tornero siempre ha sido señalado entre los nombres destacados (Contexto Crítico, P2P, Fotografía 2.0…).
Debido a su alcance, resulta pertinente en este momento reivindicar desde Andalucía su trabajo, re-visitando sus comienzos para desde la pausa, auscultar sus inquietudes iniciales a modo de flashback, volviendo al pasado para recobrar este proyecto germinal que denominó Pretérito Imperfecto Compuesto, una primera serie que adquiere precisamente ahora más importancia por el valor que ha tomado, con el tiempo, la carrera del artista. Acudir al punto de partida es reflexionar sobre el camino recorrido. Si examinamos los cimientos y observamos con atención estos tanteos de hace una década, podemos descubrir en ellos cuáles eran las motivaciones de Tornero entonces y cómo ha evolucionado su producción durante este periodo, un análisis que no sólo sirve para conocer su trabajo con una perspectiva más amplia, sino que además nos da pistas sobre el modo en que ha ido depurando sus conceptos, por qué ha ido desechando unas opciones y potenciando otras.
Su obra, grosso modo, trata sobre el potencial estético de lo cotidiano. Hasta 2007, sus inquietudes se centran en la construcción de collages digitales que funcionan como decorados, tramoyas teatrales sobre las que coloca personajes anónimos que han terminado extraviados en algún lugar que no les corresponde. Con los años, su trabajo ha ido evolucionando desde lo narrativo hasta lo sintáctico. En su arranque el relato tomaba mucha presencia. Sus fotografías nos muestran escenas descontextualizadas donde protagonistas extemporáneos aparecen de improviso, casi de cualquier manera. En ellas la realidad se fracciona y desnaturaliza, creándose situaciones que se mueven entre la tensión y la incertidumbre. En sus imágenes lo extraño convive con lo verosímil, un juego de imposibilidades que logra desconcertarnos al mismo tiempo que nos atrapa. Sumido en una historia que desconoce, el espectador se ve retenido en mitad de una encrucijada enigmática, un espacio desubicado donde las emociones se congelan y el tiempo se detiene.