Luis Gordillo (Transmigración de almas, 2020)
Lugar: FCDP, Las Palmas
Organiza: Fundación Canaria para el Desarrollo de la Pintura
Del 23 abril al 11 de noviembre de 2021
Comisario: Sema D’Acosta
Genetic Islands es la exposición de pintura más importante de Luis Gordillo (Sevilla, 1934) en las Islas Canarias hasta la fecha. El proyecto lo componen once obras de gran formato y veinticuatro dibujos sobre papel. A excepción de una pieza de 1993 perteneciente a la Fundación Canaria para el Desarrollo de la Pintura (FCDP) y un tríptico de más de tres metros de 2002, el resto de los trabajos seleccionados han sido realizados en la última década y son representativos de las líneas de investigación más características de este periodo del artista, cuyo cuadro más reciente ha sido concluido en marzo. En esta muestra el espectador podrá descubrir algunos temas recurrentes de su lenguaje como son los desarrollos horizontales, la fijación por las caras, la multiplicidad de la imagen a partir de un motivo o la aparición de animales diversos, un rasgo inédito poco frecuente antes, además de otras cuestiones gramaticales habituales en su carrera, como son la preocupación por la profundización en el plano pictórico o la resolución de problemáticas concretas vinculadas al color. Desde sus inicios, la producción de Gordillo se mueve entre dos polos complementarios que posibilitan una dialéctica constructiva entre la liberación vehemente del gesto y su control, un pulso constante entre razón e intuición que mantiene su obra viva y enérgica, resistente al paso del tiempo.
Luis Gordillo es el pintor más influyente del arte español del último medio siglo. Después de más sesenta años de trayectoria, sigue ahí. Contracorriente, sin conformarse nunca, huyendo de lo consabido, recelando de lo fácil. Atrapado en una rara coyuntura, desde su pedestal solitario y atemporal ha visto pasar un arco extenso de inclinaciones históricas que empezaron en los sesenta con los Informalistas abstractos del grupo El Paso. Es un autor que no se adscribe a nada. Él es su propia medida, va por libre, no encaja en ningún molde. Está ahí, por encima del tránsito habitual de las cosas que ocurren en el universo del arte de nuestro país. Considerado una figura hagiográfica desde hace cincuenta años, ha crecido de la misma manera y al mismo tiempo que la estructura, se ha fusionado con el sistema hasta el punto de no poder separarse de él. Es sin duda alguien difícil de catalogar o clasificar. La complejidad de su estilo, que se rebela cada segundo por no ser complaciente ni acomodaticio, lo sitúa en un estado de inseguridad permanente que lo fuerza a estar alerta y luchar día a día por inventar algo nuevo, por permanecer en los bordes evitando la certeza protectora de lo conseguido. En su trabajo todo es sospechoso o puede ser relativizado, por eso no encontramos nunca verdades absolutas ni axiomas tajantes.
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