Madrid 2015
Los Ángeles 2016
Madrid 2019
Lugar: Sala Atín Aya, Sevilla
Organiza: Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla
Del 30 de junio al 12 de septiembre de 2021
Comisario: Sema D’Acosta
Ficciones es el título del último proyecto fotográfico de Miguel Trillo (Jimena de la Frontera, Cádiz, 1953), una serie inédita realizada en su mayoría en los últimos diez años en ciudades de Europa, Asia y América, que se presenta por primera vez en Sevilla. Todas las imágenes que encontramos en la exposición son retratos de gente joven a pie de calle, no ya en conciertos de rock, pop o rap como ocurría anteriormente en su trabajo, sino en los pasillos de festivales de manga o cómic de poblaciones como Kuala Lumpur, Bangkok, Yakarta, Seúl, Singapur, Saigón, Taipéi, Nueva York, Los Ángeles, Buenos Aires, Estocolmo, Moscú, Londres, París, Madrid o Barcelona. Si antes la ceremonia consistía en ir entusiasmado a ver a tu grupo favorito, ahora se trata de situarse en el centro de la acción convertido en un personaje de ficción inspirado en una historieta, videojuego, película o serie. A diferencia de los conciertos en los que todo gira alrededor del escenario y los músicos, en este caso son los propios participantes los auténticos protagonistas del acontecimiento, un público variopinto transformado en cosplay que va a ser fotografiado o fotografiarse, que es personaje y espectador al mismo tiempo.
Cada vez cuesta más distinguir entre realidad y ficción, sobre todo y especialmente a los adolescentes del siglo XXI. En un mundo donde lo virtual está creciendo de manera exponencial, donde las consolas, el ordenador y el móvil ocupan cada vez más tiempo de ocio, algunos de los ídolos más conocidos de los jóvenes de hoy son héroes inventados que no existen en la vida real. Ante la falta de ideales o personas de carne y hueso lo suficientemente carismáticas, se ha creado una nueva subcultura internacional iniciada en Japón a partir del movimiento otaku y basada en la interpretación de roles que imitan a figuras populares del anime. Por supuesto, el descomunal avance de Internet y las redes sociales en el lustro 2005-2010 resulta fundamental para entender la expansión de este fenómeno, una época de cambio hacia un modelo distinto de sociedad global donde los quinceañeros buscan reforzar su apego y sentido de pertenencia en afines desconocidos con los que conectan normalmente por Facebook, Youtube, Instagram, TikTok o WhatsApp y no en amigos cercanos del barrio o el instituto como ocurría habitualmente en las generaciones anteriores.
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